Pasión sin Género

El escenario del fútbol español ha evolucionado significativamente en las últimas décadas, la creciente presencia de mujeres en clubes, gradas y peñas es un hecho que demuestra que la pasión por el deporte rey no entiende de género, pero aún queda un largo camino que recorrer hasta que la paridad sea una realidad.

La historia de las mujeres en el fútbol español comenzó a principios del siglo XX, cuando este deporte era visto como territorio exclusivo masculino. En 1914 un grupo de pioneras fundó, en Barcelona, el “Spanish Girl’s Club”, el primer equipo femenino en un contexto en el que las mujeres ni siquiera tenían derecho al voto. Paco Brú, ex jugador, árbitro y entrenador de fútbol, fue la persona que hizo realidad esta formación, no sin sortear muchos obstáculos, desde las críticas por la equipación, hasta problemas con las familias de las jugadoras. El entrenador consiguió organizar, en tan solo 45 días, este encuentro histórico, cuyo fin fue recaudar fondos para la lucha contra la tuberculosis, un partido en el que el equipo tuvo que dividirse y jugar entre ellas mismas, ante la imposibilidad de encontrar uno masculino que accediera a participar. 

El acceso de las mujeres a los estadios no fue menos complejo, durante buena parte del siglo XX, la presencia femenina en las gradas fue anecdótica, a menudo limitada a roles secundarios como acompañantes o seguidoras silenciosas. Pero el verdadero cambio comenzó a gestarse en la década de 1980, cuando surgieron las primeras peñas formadas exclusivamente por mujeres. Estas agrupaciones no solo buscaban un espacio propio dentro del universo futbolístico, sino que también desafiaron los estereotipos de género en una sociedad aún cargada de profundas desigualdades. Por primera vez, las mujeres no se limitaban a ser espectadoras pasivas, asumían roles activos, lideraban cánticos y forjaban comunidades sólidas en torno a su pasión por el fútbol.

Todo esto ha ido cambiando y el siglo XXI ha sido testigo de una auténtica transformación  donde las voces femeninas se confunden con las masculinas  en los estadios, y la participación de las mujeres en las peñas es cada vez más notoria. Muchas de estas agrupaciones han pasado de ser meramente anecdóticas a consolidarse y normalizarse, haciendo del fútbol un entorno más inclusivo.

Las mujeres no solo llenan las gradas, sino que lideran peñas, organizan eventos y participan activamente en la vida de los clubes. Sin duda las reglas del juego han cambiado y un buen ejemplo de ello es que prácticamente la totalidad de los equipos han adaptado sus estrategias de marketing para incluir a este creciente grupo de aficionadas, con iniciativas como camisetas femeninas y campañas inspiradas en estrellas del fútbol femenino, como Alexia Putellas y Aitana Bonmatí. Este enfoque no es casual, las cifras respaldan el cambio, según datos de la RFEF, más de 107.000 mujeres y niñas están federadas en España, un crecimiento que refleja tanto la expansión del fútbol femenino como su consolidación en la afición.

El avance ha sido notable, las mujeres han ganado espacio en las gradas, campo de juego y en los despachos pero todavía  queda un largo camino que recorrer y retos que afrontar. La historia de las mujeres en el fútbol es, sobre todo, un relato de perseverancia, una pasión que trasciende el género.